
Detrás de los deseos insatisfechos de los que han dejado de fumar se adivina una bien orquestada campaña de marketing, al menos hasta que Sanidad compruebe su dudosa inocuidad.
Ahora se «vapea» con pipas multicolores de diseño, exhalando un humo blanco inmaculado con infinidad de sabores.

Comprendo la frustración de quienes están intentando dejar de fumar. Y siempre habrá avispados que se suban al tren del «todo vale», pero…,¿de verdad necesitamos una pipa para echar humo? Con escuchar las noticias diarias podríamos ejercer como las antiguas locomotoras de vapor, y por desgracia no parece que vaya a faltarnos combustible. Eso sí, puede que sea peor para nuestra salud que el tabaco y el humo con sabores de los nuevos cigarrillos.
Esperanza Liñán Gálvez
Muy buena tu reflexión, Esperanza. Sé más generosa y deléitanos más a menudo.
ResponderEliminarMuy bueno tu Comentario Esperanza. Hay quien no ha fumado en su vida,
ResponderEliminary echa humo por todas partes, por eso fumar ya no es un placer.
Un abrazo, Maruja.
Muchísimas gracias Tomás por tu comentario y generosidad. La mía no es escasa sino que no quiero ser redundante, aunque material no nos falta para poner en marcha la imaginación.
ResponderEliminarEsperanza.
Muchísimas gracias a ti también Maruja. Aún sin fumar hay muchos trenes circulando fuera de las vías y echando humo a toda máquina.
ResponderEliminarUn besote amiga.