La espalda tiene como principal objetivo sostener el peso del cuerpo en posición erguida, a la vez que posibilita una variedad de movimientos en esa posición. Estos objetivos se logran gracias al trabajo conjunto de la columna vertebral, estructura ósea que constituye el soporte central del esqueleto, y del sistema muscular, que con su potencia y resistencia compensa los movimientos del resto del cuerpo para mantenerlo estable. Además, la musculatura actúa a modo de fusible de posibles molestias en la espalda, ya que los dolores suelen manifestarse en ella antes que en la estructura ósea.
Las contracturas y las sobrecargas musculares y, con menos frecuencia, las lesiones en la columna vertebral son las principales causas de los dolores de espalda. Las posturas inadecuadas suelen estar en el origen de estas molestias que afectan nuestra capacidad de movernos.
Cuando aparece el dolor, se presenta también con una sensación de tensión muscular o rigidez localizada y a veces acompañada de dolor en brazos o piernas.

Se trata, pues, de un problema de primera magnitud, por su repercusión en la calidad de vida de las personas de mediana edad y en los costes sociales, laborales y económicos que conlleva.
Referente a nuestra columna vertebral, eje central del mayor número de dolores, conviene saber que se compone, como es bien sabido, de 26 huesos o vertebras, separadas entre sí por almohadillas de tejido blando, llamados discos intervertebrales, las cuales se unen entre si por los ligamentos y todos los músculos que se insertan entre ellas.
Referente a nuestra columna vertebral, eje central del mayor número de dolores, conviene saber que se compone, como es bien sabido, de 26 huesos o vertebras, separadas entre sí por almohadillas de tejido blando, llamados discos intervertebrales, las cuales se unen entre si por los ligamentos y todos los músculos que se insertan entre ellas.
Conjuntamente unidos y estructurados, hacen el complejo movimiento de nuestro cuerpo y quedar expuesto a las siguientes situaciones:
- Contracturas musculares o lesiones de ligamentos.
- Alteraciones de los discos intervertebrales.
- Alteraciones entre las articulaciones de la vertebras.
- La osteoporosis o pérdida de masa ósea.
- En las mujeres, el embarazo.
- La obesidad o sobrepeso.
- El sedentarismo.
Ante estas situaciones es preciso acudir a los servicios médicos y seguir las recomendaciones de los especialistas, los cuales recomendaran las maneras de prevenir y tratar las lesiones mediante fármacos y medidas físico-terapéuticas.
Otras recomendaciones generalizadas y que ayuden a sobrellevar episodios dolorosos pueden ser:
Otras recomendaciones generalizadas y que ayuden a sobrellevar episodios dolorosos pueden ser:
- El reposo, la medicación, la fisioterapia y el ejercicio físico.
- Cuidar de la postura.
- Al dormir, si es boca arriba, con almohada baja y cojín bajo las rodillas.
- Al dormir, si es boca abajo, con almohada baja en el abdomen.
- Al conducir, pararse con frecuencia y paseos de unos minutos.
- Ante el ordenador, ajustar la altura de la silla de modo que la pantalla quede ligeramente bajo los ojos y frente a nosotros

Es importante constatar que las personas que hacen ejercicio físico de modo regular, tienen menos episodios de dolor de espalda que las personas sedentarias, mejoran la función mental, la autonomía, la rapidez, la "imagen corporal" y la sensación de bienestar, produciendo una estabilidad en la personalidad caracterizada por el optimismo y la euforia.
Muchas gracias por la atención en leerme.
Juan Fernández Pacheco – Noviembre 2.012
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