
Necesitarán su espacio, pero la lista es lo primero. Después me ocuparé de buscarles un hueco entre las que se han salvado a través del tiempo; y haré sitio para las que vengan en el futuro. A golpe de vista no son demasiadas, aunque quizá me he equivocado al juzgarlas, porque todas son dignas de consideración.
Las últimas volaron con un huracán y se han perdido para siempre en el infinito; por eso esta vez hay que protegerlas contra viento y marea. No se pueden seguir extraviando, de lo contrario serían unos irrecuperables huérfanos sentimentales, dependientes de una política-ficción. ¡No me gustaría estar en su piel con un destino como ése!

¿Y si es tan fácil, por qué no lo ha hecho mi antecesor? Estoy seguro que esperan algo mejor y más acorde con la corriente actual de globalización; que contenga un hilo conductor de principio a fin. Y que tirando de él se llegue al final de la madeja, para poder recuperarlas enseguida según la demanda.
¡Ya tengo una solución para el revoltijo de este cajón de sastre! Al fin y al cabo soy el jefe de este negociado, y quedará así: Amores primerizos. Pasiones encendidas. Besos robados. Abrazos cálidos. Lágrimas sinceras. Perdones ganados. Dulces mentiras. Fieles por convicción. Infieles arrepentidos.
Islas del tesoro. Piratas con parches. Cantos sin sirenas. Murallas de papel.
Políticos honrados. Verdades como puños. Demócratas en ejercicio. Justicia sin agujeros.

Sin embargo, aconsejaré seriamente una orden de alejamiento por los comprobados efectos nocivos de las interfectas sobre las personas a lo largo de la historia.
Catálogo terminado y archivado en Abril de 2.013 por: «El guardián de las palabras».
Esperanza Liñán Gálvez
Tomás, espero por el bien de todos, que sean catalogados de nuevo, los descatalogados en mi catálogo. Lo que no sé es si llegaré a verlo. Sería una lástima que esas cosas se perdieran para siempre.
ResponderEliminarGracias por leerlo y por comentarlo. Un abrazo.
Esperanza.
Muy ocurrente Maruja, hay cosas que se van descatalogando o perdiendo solas por el camino. Algunas es mejor dejarlas ahí, pero otras hay que recuperarlas, sino pobre de nosotros porque iríamos a la deriva.
ResponderEliminarUn abrazo amiga y que lo vemos juntas.
Esperanza.