ESA PERFECTA DESCONOCIDA
Esperanza Liñán Gálvez
Últimamente, bien a través de lecturas o conversaciones escuchadas al azar, he observado a muchos hombres mayores -no todos-, bastante desconcertados con el prototipo de mujer actual, al no ajustarse al patrón que conocían. No tiene nada que ver con su sumisa madre y esposa, o esa hermana protectora que les tocó en suerte. Ocupa puestos laborales impensables hasta hace poco tiempo para ella. Es culta, eficiente, decidida y contestataria; por no hablar de esa inteligencia innata que siempre ha tenido hasta la más tonta. Toma la iniciativa en su vida sexual con la misma soltura que hace la compra en el supermercado. Además cría a sus hijos, lleva la casa y es capaz de estar cada día más guapa. Nada nuevo bajo el sol. Pero también es cierto que no todas pueden identificarse en esa imagen.
Estos hombres tienen la sensación de que la nueva mujer les ha comido terreno, les ha roto los esquemas y usurpado su protagonismo. Es una perfecta desconocida y la tratan con recelo e incredulidad porque no consiguen ubicarla en su encasillada concepción de los cánones establecidos. La memoria genética femenina siempre está presente en ella, sin fisuras, quizá por la dura y larga lucha que ha tenido que librar para conseguir cualquier meta en la vida.
Creo que la evolución del ser humano ha sido la misma para ambos. La admiración y comprensión también deberían ser mutuas si esa mujer u hombre lo merece. Todo logro compartido duplica su valor.
Nunca es bueno generalizar si, como es mi caso, tengo la gran fortuna de contar con amigos en esa franja de edad que no comparten estos pensamientos. Pero en la realidad nuestra de cada día, hay una mayoría de varones que viven a la defensiva e intentan explicar con argumentos peregrinos el comportamiento de una hembra distinta a sus ojos, aunque conserve la misma esencia interior. El oftalmólogo puede corregir un defecto visual, pero no una intencionalidad desenfocada. Practicar la empatía seguro que mejora la miopía.
Utilizando el título, no el contenido, del libro que escandalizó a muchos de mi generación creo que éste es, más que nunca, el tiempo del «macho herido».
El ANDROCENTRISMO ha estado presente a lo largo de la historia y, en este sentido, las religiones, TODAS, han tenido mucho que ver.
ResponderEliminarLa mujer está intentando estar donde siempre debió estar pero que no la dejaron los poderes, civil, religioso y político.
Es la "persona" sea varón o mujer, la que debe estar en el centro de toda acción.
Estoy de acuerdo contigo. Es cuestión de valía, ni paridades, ni gaitas. Si una persona tiene el talento suficiente, no lo determina el sexo. Gracias por comentarlo y por esa palabra que no recordaba "Androcentrismo" y que está tan presente todavía.
EliminarEsperanza.
El logro de los derechos de que disfrutan en la actualidad las mujeres del mundo occidental se ha debido a los esfuerzos de muchas de ellas que a lo largo de los siglos han trabajado para conseguirlos. A través de la historia han sido muchas las mujeres que se han intentado hacer un hueco en un mundo de hombres. Las costumbres con el paso de los años fueron cambiadas gracias a muchas de ellas (también gracias a algún hombre), para poco a poco irse acercando a la sociedad que conocemos a día de hoy. Se ha ganado mucho terreno, pero aún hay mucho que avanzar. Interesante escrito, Esperanza.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Me alegro Maruja que te haya gustado el escrito. Como tú bien dices es una larga lucha y queda todavía mucho camino...
EliminarEsperanza.