En la alborada,
despertar en tus brazos.
Nacer de nuevo.
La mar se mece.
Los reflejos del sol
plata en las olas.
Es mediodía.
En tu mirada brilla
la luz del mundo.
Tanta energía,
impregna los sentidos
y los desborda.
Arde la tarde.
Se doran las pasiones
a fuego lento.
Y en el ocaso,
los encajes violeta
ciñen las nubes.
Llega la noche.
Un manto oscuro y denso,
es su epitafio.
Sólo hay silencio.
Tú no estás, no me abrazas;
tiemblo de frío.
despertar en tus brazos.
Nacer de nuevo.
La mar se mece.
Los reflejos del sol
plata en las olas.
Es mediodía.
En tu mirada brilla
la luz del mundo.
Tanta energía,
impregna los sentidos
y los desborda.
Arde la tarde.
Se doran las pasiones
a fuego lento.
Y en el ocaso,
los encajes violeta
ciñen las nubes.
Llega la noche.
Un manto oscuro y denso,
es su epitafio.
Sólo hay silencio.
Tú no estás, no me abrazas;
tiemblo de frío.
Mayte Tudea
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