LA AXARQUÍA

Históricamente en Al Andalus hubo más de una Axarquía (territorio situado al este de una gran ciudad y dependiente de ella) aunque sólo ha perdurado con ese nombre la Axarquía malagueña. Su etimología proviene del árabe sarqiyya, que significa “parte oriental”.

Estaba compuesta en dos tahas o distritos; en la línea divisoria al Este se encontraba el castillo de Bentomiz, cerca de Arenas, al Oeste el resto de la Axarquía hasta su linde con Málaga. En esta comarca se han hallado asentamientos fenicios y romanos, pero fueron los árabes los que le dieron el nombre y estuvieron viviendo más tiempo en ella. Fue uno de los últimos reductos de la resistencia musulmana en la Reconquista.

Además de los topónimos de muchos de sus pueblos, los del interior han conservado de los árabes algunas construcciones mudéjares, el pintoresquismo de sus calles empinadas y estrechas y sus casas blancas. Comares, situado a 703 mts sobre el nivel del mar es el pueblo más alto de la comarca, denominado por ello “El balcón de la Axarquía”. Tiene trazado morisco y es cuna de una modalidad de verdiales, que junto a la de los Montes y de Almogía, forman los tres estilos de este cante y baile, autóctonos de la provincia malagueña. Los estudiosos del flamenco en esta expresión folclórica han creído hallar parte de sus orígenes.

La Axarquía interior limita con Granada con las sierras de Alhama, Almijara y Tejada, donde se encuentra La Maroma. Pertenece al municipio de Canillas de Aceituno, tiene 2066 mts y es el punto más alto de la provincia. Por la costa, el municipio malagueño de Nerja linda con el granadino de Almuñecar.

La zona costera tiene más de cuarenta kms de litoral, se extiende desde el límite este de la provincia hasta el Rincón de la Victoria. La Carretera Nacional 340, paralela a ella, sabe del temor, el dolor y la muerte de una parte de la población malagueña en la huída de Málaga a Almería en la Guerra Civil.

Pasada la contienda, en las tierras bajas de la Axarquía volvieron a sembrarse caña de azúcar y huertos de hortalizas que paulatinamente han sido sustituidos por invernaderos. En las altas, los cultivos tradicionales como viñas, almendros y olivos, se cambiaron por mangos, aguacates o papayas. Cerca de cuarenta variedades de frutos tropicales y subtropicales se cultivan en la comarca, destinados al consumo interior y la exportación a más de treinta países de todo el mundo.

En Algarrobo se halla la Estación Experimental “La Mayora”, que en investigación mixta con el CSIC, la UMA y la Universidad de Davis (California) estudian las enfermedades y mejora de los frutos hortícolas de los invernaderos y la implantación de otras variedades tropicales y subtropicales.

La mancomunidad de La Axarquía la forman treinta y un pueblos. Su capital, la Bellix Malaca musulmana (Valle de Málaga) Vélez- Málaga, fue conquistada por Fernando el Católico en 1487 obteniendo el título de ciudad. Según el censo de 2012 la población del municipio ronda los setenta mil quinientos habitantes.

El puerto de Caleta de Vélez es el único de la Axarquía. Tiene una zona deportiva y otra comercial. En ésta amarra la primera flota pesquera de la provincia y la tercera del litoral andaluz. Son embarcaciones pequeñas y medianas de artes de cerco, de arrastre y marisqueros.

En lo tocante al sector del turismo, además de los pueblos costeros con sus paseos marítimos, playas tan hermosas como la de Torre del Mar y las bellas calitas bajo los acantilados de Nerja y Maro, en la Axarquía se pueden visitar las cuevas del Tesoro y de Nerja y, hay cinco rutas turísticas entre la costa y el interior: La Ruta Mudéjar, la del Aceite, la de la Pasa, la del Vino y la del Sol y el Aguacate.

Fuera de estas rutas, el Ayuntamiento de Cómpeta ha creado otra para los senderistas, que no es ni arquitectónica ni gastronómica: la Ruta del Maquis. Va desde la aldea del Acebuchal hasta el Pico Lucero. Esta cumbre, también llamada El Raspón de los Moriscos, es una de las más emblemáticas de la Axarquía. Tiene forma piramidal y 1779 mts de altitud. Cerca de su cima se conservan las ruinas de una antigua casa cuartel de la Guardia Civil construida como observatorio en la lucha contra los maquis (“gente de la sierra” le llamaban por la zona). En esa ruta, hoy de carácter lúdico, se entablaron sangrientas batallas entre las dos partes en litigio. En la aldea del Acebuchal hubo una fuerte represión y fue desalojada en 1949. Con el exterminio de los maquis en 1951 se acabó el último reducto de la lucha antifranquista en la Axarquía.

Nacida en esta comarca, recuerdo los años infantiles y juveniles vividos en ella con nostalgia. Sin embargo, como todo cambia, la Axarquía ha evolucionado y se ha ido adaptando a las nuevas formas de vida sin olvidar su historia, ni la literatura de su historia. En la pedanía veleña de Mezquitilla, un monolito de piedra recuerda que Cervantes en El Quijote ubica el desembarco de los cautivos de Argel en la tierra de Vélez-Málaga.

Tampoco quiero olvidar a los hijos ilustres de la comarca, entre los que están: Fray Alonso de Santo Tomás, teólogo, filósofo y obispo de Málaga, Bernardo de Gálvez, militar que llegó a virrey de Nueva España, el cantaor Juan Breva, el músico Eduardo Ocón, el poeta Salvador Rueda, los pintores Paco Hernández y Evaristo Guerra o la filósofa María Zambrano.

Esta librepensadora escribió:”Lo que no nace del corazón nace muerto”. También dijo: “La Historia no es sino un diálogo, bastante dramático, por cierto, entre el hombre y el universo”.

Amalia Díaz Martín

11 de marzo de 2013